La protección a los servicios de salud en Honduras, es una de las respuestas al problema de la violencia social que limita el acceso y disponibilidad de la provisión de atención sanitaria a la población, ya que sufren las diversas manifestaciones de la violencia social, que han producido incidentes violentos contra las instalaciones, vehículos y personal de salud, la cual es cambiante y afecta directamente la provisión de los servicios.
La violencia, reconocida desde el año 1996 como un problema de salud pública por parte de la OMS, es percibida por la población como una de las principales dificultades que afronta el Estado.
La campaña de comunicación contiene herramientas comunicacionales que sensibilizan a la población y ayudan al personal de salud en todo el sistema -público y no público, del primer y segundo nivel de atención- a cumplir sus funciones con el menor riesgo posible, ante los hechos de violencia que los afectan a causa de la presencia de grupos (organizados) que ejercen control territorial por medio de la amenaza y la intimidación. El personal de salud sufre a diario las manifestaciones de la violencia.
La prevención de la violencia requiere un esfuerzo del gobierno y de la sociedad civil organizada. Gracias a la experiencia de otros países en situaciones de conflicto armado, se ha podido comprobar que el riesgo de sufrir incidentes violentos puede disminuirse, a pesar de las amenazas externas. En este marco, la Secretaría de Salud, la Cruz Roja Hondureña, Comité Internacional de la Cruz Roja (CCIR) y la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) unen esfuerzos para contar con un mecanismo de cooperación entre las organizaciones para la actualización del Plan Estratégico Nacional de Comunicación para la Protección de los Servicios de Salud ante Situaciones de Riesgo producto de la Violencia Social en Honduras
Esta iniciativa es coordinada con dependencias de la Secretaría de Salud tanto de Nivel Central, Regional y Local.
La violencia es considerada como un problema de salud pública cuando sobrepasa la tasa de 8.8 homicidios por cada 100 000 habitantes. Honduras es considerada como uno de los países más violentos del continente. Según datos del Observatorio Nacional de la Violencia, del Instituto Universitario en democracia, paz y seguridad (IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en el año 2020 la tasa de homicidios fue de 38.9 y en el 2021 fue de 41.7[1], lo que significa que hubo 314 más homicidios que el año anterior. La población considera a la violencia como uno de los principales problemas que padece el país según IUDPAS
Según la investigación realizada por Cruz Roja Hondureña al personal de establecimientos de salud de las Regiones Metropolitana del Distrito Central y San Pedro Sula, la violencia proviene principalmente de una persona particular (pacientes, familiar del paciente, etc.)[2] y no exclusivamente de la presencia de grupos armados organizados que ejercen control territorial en barrios, colonias y comunidades del área geográfica de influencia de cada establecimiento de salud. Igualmente, en los últimos años se han producido incidentes violentos contra las instalaciones, vehículos y personal de establecimientos de salud a causa de disturbios internos.
Para entender el fenómeno de la violencia es necesario reconocer que esta es ocasionada por diferentes fuentes, se presenta de múltiples formas y genera diversas situaciones. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la violencia puede clasificarse bajo tres categorías dependiendo de quiénes la cometen: autoinfligida, interpersonal y colectiva.
La Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) ha clasificado las situaciones de violencia en dos tipos: conflictos armados (nacionales e internacionales), que corresponden a la categoría de violencia colectiva de la OMS; y aquellas situaciones internas en un país que no alcanzan la intensidad, duración y participación de un conflicto armado: disturbios interiores y tensiones internas. Esas dos situaciones, difieren entre sí más en el sentido de su intensidad que por su naturaleza misma y se caracterizan porque originan violencia interna con gran número de víctimas.