Prevención
El control de los vectores (en inglés) es un componente básico de las estrategias de control y eliminación del paludismo, pues resulta muy eficaz para prevenir la infección y reducir la transmisión de la enfermedad. Las dos intervenciones principales son el uso de mosquiteros tratados con insecticida y la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual.
El progreso de la lucha mundial contra el paludismo peligra hoy por la aparición de mosquitos Anopheles resistentes a insecticidas. Según el último Informe mundial sobre el paludismo, 78 países han descrito la presencia de mosquitos resistentes a por lo menos una de las cuatro clases de insecticidas de uso común en el período 2010-2019. En 29 de esos países se han comunicado resistencias a todas las clases principales de insecticida.